domingo, 12 de julio de 2009

10 razones por las que no puedo dejar de escuchar a los Strokes

Los Strokes son, o al menos fueron alguna vez, la banda preferida de una persona a la que nunca sabré por qué, el universo me hizo conocer.
Ya hablando con toda sinceridad, no tengo ni 3 razones, tengo una y me parece que la estoy confundiendo con una explicación.
Muchos de nosotros vivimos bajo la sombra de nuestros errores, y a algunos no nos basta con equivocarnos solamente, nos gusta caer en el mismo hoyo dos (ó más) veces. Repetir un ciclo con la firme esperanza de que las cosas cambien o al menos desvien su curso habitual por designio karmico o divino es un error que comúnmente se comete cuando uno decide volver a equivocarse con lo mismo. Pues sí, así es esto de las gelatinas como diría yo en otros tiempos.
Cuando ya has pasado al menos una vez por el tortuoso camino que supone el querer a alguien de 'a de veras', y en especial, cuando las cosas nunca te han salido del todo como tú las esperas, continuas esperando que algún día la fortuna se torne un poco a tu favor.
Cada nueva oportunidad representa esa esperanza que se niega a desfallecer dentro de ti, y como tantas otras veces antes le pedí al cielo que esta vez las cosas sí fueran diferentes. Pff, diferentes... sí cómo no.
El cielo, el universo, Dios, el cosmos, o como le quieran llamar es un llevado, y se aprovecha de tu calidad no sé si de indefenso, de ingenuo, o lo que es lo mismo, de pendejo, para mancharse contigo cuando te encuentras más vulnerable.
Yo te conocí y sé que ése fue el primero de mis errores contigo y el único que no fue culpa mía, el segundo pienso yo, fue haber creído que había algo en ti que no había visto antes en nadie. Patrañas. Eso sólo fue un juego de mi subconsciente que sin pedirme permiso me condicionó para etiquetarte de diferente tal como lo hice las demás veces, quizas lo eras, quizas no, eso nunca podré saberlo.
Tú me ofreciste tu amistad (pues qué otra te quedaba) y así permitimos que las cosas avanzaran. Construi mi castillo en el aire como todas las otras veces y me quedé esperando a que tú te ofrecieras a darle forma, está por demas decir que ese momento nunca llegó.
Y desde ahí ya todo fue negación o algo peor, me ví envuelta en una situación que rebasaba los límites de mi comprensión, me quise volver loca -¿Por qué no decirlo?- ante la versatilidad de tus actitudes, entre más te estudiaba menos te entendía y lo triste es que eventualmente tanta irracionalidad se convirtió en objeto de mi obsesión. Mi caracter es así y regularmente no sé ni de dónde viene ni cómo manejarlo. Tantas cosas en mi cabeza me pedían a gritos una salida y fue ahí cuando recordé que en uno de tus despliegues afirmaste que te gustaban los Strokes.
Siempre te rehúsaste a compartir (no sólo conmigo) algún detalle significativo sobre ti misma, y debido a eso, descubrir que algo era de tu agrado adquirió toda la relevancia del mundo para mí.
Me dediqué a estudiarlos a ellos buscando pistas que me permitieran descifrarte pero enloquecí y lo único que conseguí fue desviar mi obsesión. Sigo comprendiendo tan poco sobre tí como cuando empecé a escucharlos y ahora ya no puedo desprenderlos de mí.
Es como si cada canción representara una faceta de ti y tenerlos en el estereo todo el tiempo significa sentir que estas ahí y esa es la única forma en que he podido dejar de extrañarte.
En realidad suena como a pretexto.

1 comentario:

  1. oh..mui buen escrito!
    y la vdd asi es estoo.al parecer nos gusta cegarnos y segur creyendo k aun hay oportunidades y k siempre van a ser diferentes pero la vdd no lo es asiii!
    siempre terminamos igual!
    sigue escuchando a los strokes!

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