domingo, 18 de septiembre de 2011

Mi querido Presidente...

Mi querido Presidente, de estatura enternecedora. El podio de sus discursos le ha quedado un poco alto para hacer resonar su voz de líder con fuerza, con autoridad. A penas le ha alcanzado para susurrar sus tiernas palabras en los oídos de una desesperada sociedad.
Mi querido presidente, su mirada no lo para de delatar. Es usted gato encerrado de la delicuencia y la inestabilidad social. Con esta terrible realidad, no me sorprendería que la voz se le cortara un día de estos, y doblado de rodillas, se pusiera a llorar y se decida a su silla núnca querer volver a voltear. Tán fantástico suena acabar con el narcotráfico a pistolazos, comó el terminar mis tareas haciendo un par de espeliarmus -con mi varita mágica de roble y pluma de fénix, hermana de la varita mágica de Harry Potter-.
Mi querido presidente, es usted una persona más, como mi hermano, mi papá y yo, como los delincuentes que la desigualdad los hiso caminar por el camino de la "maldad"; que a muchos la falta de escrúpulos de la política actual núnca los contemplo como una realidad, como muchos que de usted solo esperan una oportunidad, un poco de claridad. Una volteadita a ver no les caería nada mal. Deje de cortarles espacio cada vez más, para darle a los que ya tienen todavía más. Mi querido presidente, dejese de fantasía y pongase a promulgar, a luchar contra las barbaridades del PAN. Dejese a un lado sus complejos de partidista y pongase a actuar de verdad. Despréndase de esas ropas de partidismo y pongase a reformar. Reforme por el país, no por su color. Reforme para todos, no para unos pocos. Reforme con el corazón, no con el interés. Yo le prometo que en algunos años el país no va a cambiar, pero con eso usted dará paso a la estabilidad. Se lo prometo, lo hará sonreír. Sin matar ningún soldado más.
Con cariño mi querido presidente, no lo voy a jusgar como usted lo hace con los demás, solo lo invito a meditar

No hay comentarios:

Publicar un comentario